La gran dama italiana de la canción interpreta en directo, acompañada de la formación Tangoseis, los temas del maestro Piazzolla·

A Piazzolla jamás le gustó el tango cantado. No era ningún secreto. El maestro nunca tuvo problemas en expresar sus opiniones, por controvertidas que éstas pudieran ser. Así, aunque supusiera descalificar a verdaderos iconos de la cultura argentina, a Piazzolla no le gustaba el tango cantado. Al menos hasta que un buen día escuchó la voz de una joven italiana llamada Milva a quien pronto todos conocerían como Milva La Roja, en parte por el color de su pelo, en parte por sus firmes convicciones. Ahí cambió todo. O al menos algo. A Piazzolla siguió sin gustarle el tango cantado pero sí dijo que esa chiquita era la ÚNICA que podía cantar sus canciones. La única con la voz, la pasión y el carácter para hacerlo. La única que guardaba en su garganta, según dijo el maestro, el sonido de un saxo y un violonchelo, los dos instrumentos que, es sabido, en más estima tuvo el mayor de los revolucionarios que el tango haya conocido.
Los años han pasado, nadie discute a Milva el título de diva. Ni el de musa. Lo ha sido para Giorgio Strehler, quien la aupó a la fama interpretando a Brecht y para Herzog, que llevó su roja melena a las pantallas de cine. Su carrera se ha desbordado por la música, el teatro, el arte de vanguardia...pero es volviendo a Piazzolla, a los recuerdos porteños, donde la figura de Milva se engrandece hasta el infinito. Algo que ya saben quienes tuvieron la suerte de asistir al recital ofrecido por la italiana en el Palau de la Música de Barcelona como parte del mismo festival Únicas que trajo a los escenarios de Madrid y la capital catalana a otras grandes voces femeninas como Mísia o Maria Bethânia. Ahora, por primera vez en DVD, esa excepcional actuación queda al alcance de quien quiera disfrutar de una lección magistral de arrojo, fuerza y elegancia escénica a mayor gloria del grande entre los grandes del tango y de la voz que mejor supo entenderle.