1919. Dos años después de grabar por primera vez, un todavía joven se disponía a probar suerte una vez más en su intento de convertirse en estrella de la canción. El tango elegido, como en la primera ocasión, volvía a ser obra de la dupla que formaban Augusto y . Su título, Flor de Fango. La actriz argentina homenajea en su debut como vocalista al inolvidable y al espíritu primigenio de un tango por aquel entonces todavía embrionario. Imprimiendo a sus interpretaciones la fuerza que le otorga su amplia formación como actriz (en sus años de aprendizaje ha pasado por los centros educativos más prestigiosos de la enseñanza actoral en Argentina), esta porteña que reparte su tiempo entre su país natal y España ha creado un álbum absolutamente respetuoso con el pasado sin por ello renunciar a insuflar aire fresco en su forma de ver y entender el tango. Algo que se hace evidente tanto en sus lecturas de clásicos inmortales (, ...) como en los temas inéditos que incluye (, ) e, incluso, en una arriesgada versión tangueradel popular tema