Hace 25 años se publicaba Kitsch IV (Discmedi, 1995), un álbum que revolucionaba la trayectoria y la música del trío bañolense formado por Lluís Costabella, Joan Peiró y Bep Greboleda. Kitsch hizo una apuesta en este disco por una sonoridad más dura, que se alejaba cada vez más de los ritmos pop, y por toda una nueva estructuración de las canciones y de la manera de componerlas, que incluía un proceso colaborativo entre los tres a la hora de crear, dando especial protagonismo a la batería y el bajo tiempo que consolidaba la sonoridad de la guitarra.

El elepé Kitsch IV se erigió, además, como uno de los primeros álbumes conceptuales en catalán, recorriendo a lo largo de once temas inéditos, la dualidad y el existencialismo, con su habitual toque oscuro, morboso y perverso. Un disco hecho desde la rabia con temas espirituales, como "Ciclo", otros puramente sexuales y obscenos, como "Autoviolació" o "Abuso", algunos con inspiración espriuana, como "Aviso" con la aparición del ciego-ciego y otros directamente fatalistas como "fuego off".