Hay voces con anzuelo, con un señuelo tan llamativo que uno sólo puede acercarse y dejarse arrastrar convencido. Allí hay alguien, se pregunta el oyente curioso cuando una de esas voces especiales, extrañamente familiares, atraviesa la canción. Aquí hay alguien, afirmamos cuando el mallorquín Miquel Serra se aproxima para cantarnos alguna historia. Su tacto especial para abordar el cuerpo de una canción y desnudarlo o vestirlo con capas sugerentes quedó bien perfilado en el recopilatorio “(2009-2010)” (Foehn, 2012), una selección de piezas extraídas de un par de trabajos autoeditados: “Opilions” (2009) y “Música útil” (2010), Ahora, Serra sigue ampliando un cancionero muy personal que en este “Roses místiques” se despliega generoso a través de 18 temas, enlazados con tramas de folk, pop y psicodelia. Como es habitual en él, emotivos recuerdos de infancia se mezclan con reflexiones pausadas y apuntes sinceros donde se vuelve a constatar su amor absoluto por la tierra y la naturaleza. Disco sentido, inquieto, hermoso y, también, rodeado de sugerentes brumas, “Roses místiques” captura a su autor en pinceladas suaves y aventureras. Siguiendo el ejemplo de esos paisajes que se levantan delante nuestro para fundir señales y rastros reconocibles al lado de frondosos rincones. De un pellizco acústico a una hipnótico zumbido; del rasgueo cálido a unas guitarras planeadoras. Y, sobre todo, ya lo decíamos al principio, una voz que funciona como una estupenda luz vigía. Ese destello que permanece vibrando incluso cuando el cantante ya se ha callado. La canción está viva…
Dimas Rodríguez
Utilizamos cookies propias y de terceros para aportarle una mejor experiencia de navegación y un servicio más personalizado.
Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información consultando nuestra política de cookies.