En la canción , uno de los grandes éxitos de , podía escucharse unos coros en los que insistentemente se repetía la frase . El protagonista de estos elogios no era otro que , indiscutiblemente uno de los mejores trombonistas que Cuba ha dado el mundo y por aquel entonces, mediada la década de los cincuenta, pieza clave como instrumentista, compositor y arreglista de la banda del inolvidable . Haciendo un guiño a aquellos coros en el título y al sonido popularizado por la orquesta de tan gran vocalista (cálido y enérgico swing-jazz latino) en su contenido, regresó inesperadamente a la actividad musical con este tras un larguísimo paréntesis de inactividad que lo mantuvo alejado de escenarios y estudios de grabación durante más de tres décadas. Sin acusar para nada tan prolongado parón y rodeado de una auténtica pléyade de estrellas del jazz cubano (entre los que se incluyen y ), demuestra en este disco que sigue siendo uno de los artistas más talentosos de la isla, además de retener toda su creatividad e inventiva como compositor.
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