Alféizar es palabra hermosa. Lo que uno puede ver si se asoma. En las manos de el piano es cambiadizo, casi multitímbrico, capaz de insinuar el lirismo del violín, la agilidad de una guitarra rasgueando acordes o la contundencia de un instrumento percusivo.... Mira desde el alféizar, indaga la realidad. En su música uno encuentra sutileza y energía, regocijo y melancolía, descripción y misterio, resonancias impresionistas, palos flamencos, armonías de jazz, contrapuntos barrocos... Todo ello, peculiar síntesis de diferentes culturas y épocas, vigorosa alquimia, es sin duda el resultado de un cuidado proceso, un plato cocinado a fuego lento ...
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