“A veces los músicos nos preocupamos excesivamente de la técnica, de cuidar que todas las notas correspondan exactamente a los acordes donde están situadas; no permitimos a nuestro sonido ningún detalle de humanidad… ha de ser perfecto y nos obsesionamos con la afinación exacta, temperada; olvidamos que lo importante no es solo eso (aunque también lo es, por supuesto), sino que todo eso no tiene ningún valor si no sale del corazón, si no emociona. Cerrar los ojos, escuchar y sentir.” Juan Chamorro (2010).
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