Para cualquiera con un cierto interés, aunque sea tangencial, por el universo del blues, la imponente figura de no requiere de presentación alguna. No en vano el nombre de esta vocalista originaria de Tennessee aunque trasplantada desde hace décadas al suelo de Chicago se sustituye habitualmente por el respetuoso apelativo de Reina del Blues sin dar pie a equívocos o confusiones de ningún tipo. Se mire por donde se mire, es imposible dar con los argumentos que pudieran servir para discutirle a esta artista de desgarrada garganta el derecho a lucir tan codiciada corona. O su posición como estación final de la larga cadena sucesoria de las mayores intérpretes femeninas del blues. Una legendaria genealogía de la que es la puerta de entrada mientras a le corresponde ser el último capítulo de una saga que incluye otros nombres dignos de la más encendida admiración como son los de o , entre otras ilustres voces de mujer que han hecho historia en el blues. Siete largos años hacía que los muchísimos admiradores de la norteamericana esperaban la noticia de la aparición de un nuevo álbum de la vocalista. Un largo periodo de inactividad discográfica tan solo atenuado por la publicación de , un excelente compendio de las mejores interpretaciones de , también editado, como , por el sello Alligator, hogar musical de la artista desde que la primera compañía para la que grabó- echara el cierre a sus históricas puertas. No tiene, pues, nada de extraño que la noticia de la edición de un nuevo álbum de estudio de la haya llenado de actividad los mentideros insignes del blues. Buena prueba de ello es ver durante este mes el sonriente rostro de la cantante ocupando la portada de , la más prestigiosa de las revistas dedicadas a glosar la actualidad del género. Aparece un nuevo disco de . En el blues, no puede haber evento mayor. Máxime tras dejar atrás una espera de siete largos años. De tan largo silencio emerge esta gran artista invitándonos a retroceder con ella a los días de su llegada a la Ciudad del Viento, todavía en vísperas de convertirse en la diva del canto profundo que es en la actualidad. Un periodo en que la Taylor conoció el blues henchido de electricidad y fuerza que sería distintivo de la ciudad y que tanto contrastaba con ese otro blues, acústico y enraizado al gospel, que tanto había escuchado por los campos y desde las bancadas de las iglesias de su Tennessee natal. El de Chicago era un blues diferente, crepitante, arrollador. Un blues que parecía hecho a la medida del torrencial poderío de la soberbia voz de la y el magnetismo de su presencia sobre el escenario. Pero no se queda ahí. Aún mira más atrás, dejando que su vista se empape de tonos sepia y postales añejas y retrocede hasta los días en que introdujo la electricidad en el blues practicado en el South Side de Chicago, los tiempos del gran (auténtico descubridor de ), los de la mítica ...A todos ellos rinde homenaje interpretando sus temas en un elocuentemente titulado (Vieja escuela) que también incluye cinco nuevas canciones magistralmente interpretadas por el séquito de acompañantes de la cantante, un rutilante quién es quién del blues contemporáneo que acoge, entre otros, los nombres de y .