Si hay algo que Panic Shack saben es cómo pasárselo bien. Compuesto por Sarah Harvey (voz), Meg Fretwell (guitarra/coros), Romi Lawrence (guitarra/coros), Em Smith (bajo/coros) y Nick Williams (batería), la banda se formó en 2018 como un dedo medio a la atmósfera de «club solo para miembros» de las escenas indie y punk, no solo porque están dominadas por hombres, sino porque hacen que tocar música parezca fuera de su alcance o, peor aún, aburrido. «Los chicos hacen que parezca muy difícil», dice Em poniendo los ojos en blanco. «Cada vez que veo a alguien en el suelo jugueteando con sus pedales con cara de culo abofeteado pienso: estáis haciendo que esto parezca tan inalcanzable y en realidad es tan jodidamente fácil».
Este enfoque despreocupado da a la música de Panic Shack el mismo efecto que descorchar una botella de Prosecco: explosivo, embriagador y deliciosamente caótico. Sin apenas música disponible en Internet, se ganaron el favor del público gracias a sus actuaciones en directo, que han sido elogiadas por fusionar «el punk thrashy de principios de Los Ángeles con una coreografía que debe algo a las Go-Go's y a Iron Maiden a la vez» (The Guardian). Esto se tradujo rápidamente en giras con artistas de la talla de Bob Vylan y Soft Play, y apariciones en festivales como Glastonbury, Reading & Leeds, Green Man, End of the Road y SXSW, entre otros. Lanzado en 2022, su aclamado "Baby Shack EP" embotelló el relámpago que tienen en el escenario, consolidando su capacidad para mezclar ganchos asesinos con un contagioso sentido del humor.