La última banda sonora de Robin Carolan para la muy esperada "Nosferatu" de Robert Eggers es una obra inquietante, de infusión gótica y meticulosamente elaborada que parte de una amplia paleta de sonidos, instrumentos e inspiraciones. Tras su exitosa colaboración en "The Northman", Carolan se reúne con Eggers para darle vida a la legendaria historia de Nosferatu, legando a la película una banda sonora tan compleja y llena de matices como la historia misma. Ambientada en el siglo XIX, Nosferatu permitió a Carolan incorporar instrumentación contemporánea, aunque hizo un esfuerzo deliberado para garantizar que la partitura no sonara demasiado moderna. Las inspiraciones de Carolan para la banda sonora fueron tan eclécticas como profundas. Con frecuencia se basó en las obras de Bartok y Coil, mientras que películas como "The Innocents", "Angels and Insects", y "Eyes Wide Shut" le proporcionaron inspiración cinematográfica. Además, exploró el lado más oscuro de las bandas sonoras de Hammer Horror y encontró una conexión profunda con la música de la película ucraniana "The Eve of Ivan Kupalo", que ayudó a darle forma al tono sobrenatural de la partitura.