Prolíficos, virtuosos y desenfadados son los tres adjetivos que mejor definen a LA LUDWIG BAND, la banda emergente que está revolucionando el panorama catalán gracias a sus letras agudas y su espíritu satírico y jolgorista. Después de 4 discos en tan solo 4 años, con el que han ganado premios como el Enderrock al mejor disco del 2021 por La mateixa sort o el Cerverí a la mejor letra en catalán del 2021 por la ya mítica S’ha mort l’home més vell d’Espolla, llegan con Gràcies per venir, su disco más ambicioso, coreable, potente y representativo.

Como dice Jaume Sisa: “estos chicos me gustan porque salen al escenario sin planchar, como lo hacíamos nosotros” y es que en época de autotunes, beats y samplers, La Ludwig Band aparece como un grupo como los de antes, en dónde la música que se escucha es la que se ve, un poco como lo haría Bruce Springsteen o el admirado Pau Riba.

En cuarenta minutos, el sexteto de Espolla (Alt Empordà) formado por Gabriel Bosch, Quim Carandell, Roger Cassola, Pau Esteve, Andreu Galofré y Lluc Valverde, consigue pasar solidamente por el pop, el folk y el rock y llevarlos hasta terrenos inexplorados con armonizaciones delicadas y matizes cultivados a fuego lento. Y justamente por la solidez de la propuesta han llegado a oídos de Manel, que con su sello Ceràmiques Guzmán coeditan con The Indian Runners el primer álbum de otro grupo, apadrinando a este proyecto tan prometedor. Y es que si por alguna cosa se puede