L'Hereu Escampa son Carles y Guillem. Nostalgia y punk. Vino, canelones y abrazos. Escuchar sus primeros discos es
trasladarse a una época en la que todos éramos mejores: más jóvenes, más osados, con más vitalidad y, sobre todo ,
teníamos menos responsabilidades. Y, con cada disco, sin adornar, nos
iban definiendo: el estallido inicial, la hoguera majestuosa, los embates y chasquidos y la asunción de que ya es demasiado
tarde para ser una ínfima parte de aquello que nos imaginábamos que íbamos a ser. Pero no porque seamos más mayores
y más feos tenemos que dejar de creer en los milagros
ni de perseguir las tardes mágicas que nos han hecho ser quién somos.
Futur Ancestral, su tercer disco, es una nueva etapa, también de nuestras vidas. Sus canciones no hablan sobre el
aburrimiento, la fe, la fortuna, los días buenos, claros y fugaces o la incertidumbre, sino que, a través de las historias nos
cuentan como todos estos factores impactan en nuestras vidas. Una vez asumidos, no podemos hacer nada más que
aceptar las derrotas y celebrar las
victorias, con la boca negra.
Ni ellos mismos tenían claro si Futur Ancestral acabaría viendo la luz. Quizás por eso, y porque ha habido una pandemia de
por medio, el disco es un canto a la amistad y la familia, al amor y la vida. ¿Los recuerdos hacen canciones o las canciones
crean los recuerdos? desconozco la respuesta, pero estoy
seguro de que L'Hereu los convierte en un estallido de tres minutos que permanece más allá de la chispa. Solo necesitamos
una batería y una guitarra, una llanura y una bicicleta, para desprendernos de todo lo que nos nubla.
Musicalmente han vuelto a la esencia más huidiza y salvaje, más rural y melancólica, más feroz y efervescente. Aun así, no
han dejado de buscar un sonido que defina su manera de entender la existencia, unas melodías que les sirvan para explicar
sus –nuestras– vidas. Hay pasajes más sencillos, claros y bonitos, ahora con la presencia del bajo, de algunos samplers y
de efectos en la voz. Se los ha añadido la mano mágica y astral de Ildefons Alonso (El Petit de Cal Eril, La Sentina). Ellos
dicen que les ha hecho abrir los ojos, que son lo que son y nada más. El Ildu ha producido, grabado y mezclado el disco en
el Konvent de Cal Rosal, un espacio esotérico donde acontecen milagros.
Futur Ancestral son once cortes breves. Imágenes, instantes, milagros, estallidos, chispas... un disco donde continúan
habiendo fuegos, revelaciones y momentos de impacto que nos transforman. Escuchándolo sientes alegría y también
tristeza, sientes que, incluso cuando ya no existen plegarias y nada tiene sentido, quedan aquellas melodías que nos llenan
de sentido y todo vuelve —nosotros incluidos— al lugar donde nos sentimos protegidos. L'Hereu es casa, manta y caldo.