Desde su disco iniciático, “A Galicia do Maeloc” (1980) la obra de Milladoiro esta compuesta basicamente de música instrumental: recreaciones del grupo, ya sea de composiciones tradicionales, ya sea de autores o referentes precisos (caso de ‘Negra Sombra’, ‘Aires de Pontevedra’ o ‘Axéitame a polainiña’); melodias aprendidas de diversos cancioneros (algunos reconocidos, como el de Casto Sampedro; algunos mas recónditos como el de Dorothé Schubarth & Anton Santamarina), pero también procedentes del extenso repertorio de los cuartetos y coros tradicionales (desde Os Gaiteros de Soutelo, Os campaneiros, la Coral de Ruada, etc.). El mosaico se completa con muchas otras composiciones nacidas exclusivamente de la inspiración del propio grupo.
Pues bien, se cual sea su origen, todo ese universo sonoro es deudor de un mismo ‘copyright’, inalterablre en el tiempo, como es asumir la responsabilidad única y final de todo el proceso creativo: del porqué de una melodía al porqué de tal o cual armonía, a la decisión de sumergirse en el clasicismo para crear una composición para Milladoiro y la English Chamber Orquestra, como fue el caso del álbum “Iacobus Magnus”, en el que el grupo asumió la creación, los arreglos y la orquestación final y arriesgó creativamente en solitario en tareas difíciles o complejas , que hoy quedan en manos de orquestadores profesionales. En aquel caso, para la grabación de la parte orquestal, Milladoiro se permitió el lujo de grabar en Londres, en Abbey Road , en el famoso Estudio 1 , aquel en el que los Beatles,entre muchas otras grabaran la inolbidable ‘A day in the life’.
Pero poco a poco, la voz fue emergiendo lentamente, como un territorio que expandia la creatividad del grupo a nuevos confines sonoros, y así de la mano de Milladoiro, por primera vez en la discografía de la formación y en cualquier discografia gallega precedente, la voz, en concreto la de las pandereteiras, hizo acto de presencia en el disco “Galicia, na país das maravillas" (1986), trayendo la frescura de las pandereteiras de Cantigas y Agarimos: Cristina García, Pilocha Rivas y Felisa Segade. Han pasado treinta y siete años.
“Cantigas de amigos”, el disco que ahora presentan, viene a ser una pequeña selección de aquellas voces amigas que pasaron y pasan por la vida de Milladoiro, desde el timbre de las recién nombradas hasta presencias exóticas, como la de la laureada voz del folk americano, Kathy Mattea cuando ya era una joven estrella consagrada; pasando por estrellas como Ana Belén o Leilía, Faustino Santalices, Olga Cerpa y Shaun Davey & Friends entre muchas otros.
Había otras tantas selecciones posibles e igual de impactantes que las elegidas para este disco, pero en las presentes hay suficiente calidad, diversidad e historia necesaria e imprescindible para disfrutar, emocionarse y, quizás, también refrescar la memoria y los recuerdos de los más de cuarenta años de vida de Milladoiro.
Nada empezó ayer..." Cuando despertó el dinosaurio aún estaba allí” que reza el paradigmático microrelato de Augusto Monterrosso.
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