Fue en 1997 que hice mis primeras composiciones para el laúd. Aparentemente, no había una razón espiritual para eso. Las tablaturas eran muy costosas, así que decidí enriquecer mi repertorio con algunas composiciones propias. En aproximadamente tres años, llené seis cuadernos con fantasías, dúos, bailes, canciones, diferencias y obras para dos laúdes y para laúd y flauta.
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