es un producto de su generación. Este jovencito recién graduado en la prestigiosa universidad de Stanford al que la revista señalaba hace unos meses como uno de los 15 estudiantes de los que todos oiríamos hablar en un futuro muy cercano (sus compañeros eran niños prodigio de las finanzas, inventores de cuasi milagrosas vacunas y demás luminarias por el estilo), ejemplifica como pocos los nuevos tiempos que corren. Tras rechazar las atenciones dispensadas por las grandes compañías, ha preferido crear su propio sello y recurrir a internet como instrumento de promoción de sus composiciones. Con excelentes resultados, todo hay que decirlo. Las ventas de su primer EP se cuentan en cifras de cinco números y sus canciones ya han sonado en la MTV y han sido glosadas por la todopoderosa revista . Pero no es únicamente por recurrir a internet como primera opción de difusión que es indiscutible hijo de nuestros días. Su música también lo es. En la base de sus gustos está el hip-hop pero el acceso masivo a la red y su inagotable catálogo de músicas disponibles ha moldeado sus preferencias y ha añadido el eclecticismo a la mezcla, abriéndola al rock, el pop, la elecrónica y lo que haga falta. El laptop es su herramienta de trabajo, el sampler su forma de expresión. Sin necesidad de productores ni estudios de grabación, únicamente con descaro e imaginación, nos escupe cual es el presente y el futuro inmediato del hip-hop. Rap bastardo, al que los términos o dicen muy poco a favor de una libertad que sirve para hacer de un riff de la base perfecta y de la historia de Moby Dick, un buen motivo para crear una canción. www.myspace.com/mclars