Todavía una de las películas de terror más respetadas de todos los tiempos, la adaptación no autorizada de F.W. Murnau del Drácula de Bram Stoker, “Nosferatu” (1922), es una obra maestra del expresionismo de la era del silencio. Gran parte de la partitura original de Hans Erdmann (destinada a ser tocada en vivo por una orquesta) se perdió, lo que llevó a Nosferatu a inspirar varias bandas sonoras posteriores, la más conocida la del compositor de Hammer Horror James Bernard, escrita para la reedición de la película en video de Tanis Film de 1997. El estreno mundial de la partitura fue interpretado por Nic Raine y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de Praga en el Festival de Cine de Londres ese mismo año y ahora, casi veinte años después, la partitura se prensa en vinilo por primera vez.
Presentado en doble vinilo rojo transparente y edición limitada.