Los jóvenes músicos que se citan en esta formación lucen una autoridad técnica incontestable, pero también, en el movimiento de su emoción, mucha personalidad e intención artística. En el grupo hay seis voces perfectamente reconocibles en los solos y en los fraseos colectivos, no sobrando ni echando en falta nada. Un sexteto totalmente engrasado, con juegos corales de gran audacia, con la sangre interpretativa bombeando el jazz de mediado el siglo pasado, cuando al bebop se le estaba ampliando su horizonte.
Así se evidencia desde el primer saludo, The Underdog, composición del propio Anders Fjeldsted, que suma al lote otras tres piezas originales más, dejando el protagonismo en esa primera línea de vientos ocupada por fogosos intérpretes: el trompetista Rolf Sorensen, el alto saxofonista Oilly Wallace y el tenor Soren Host. Los tres estuvieron en las quinielas ganadoras de la modalidad de mejor intérprete, que acabó mereciendo el saxofonista Joan Saldaña. A la par de su emoción jazzística se sitúan los otros dos miembros que completan la sección rítmica, el fino pianista Artur Tuznik y el polivalente baterista Henrik Holst. La salud de los jóvenes jazzistas europeos está garantizada, y esta terna de metales viene a subrayarlo. El líder, Fjeldsted, saca músculo al prologar en solitario la versión de Eronel de Monk, mostrando igual buen gusto e inteligencia al llevarse a su terreno las otras dos versiones incluidas en el registro, Third Plane de Ron Carter y Budo de Bud Powell/Miles Davis.
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