La fiera guitarra de y los muy expeditivos miembros de sus sempiternos acompañantes, los , son leyenda en su Chicago natal. Distorsión, océanos de electricidad desbocada corriendo por las cuerdas de la guitarra y ritmos trepidantes que emparentan al pequeño Ed con los grandes maestros del blues entroncado con el rock más crudo como el mítico . Aunque su hábitat natural sigue siendo el escenario y las actuaciones en directo, Lil Ed y sus compinches cada día son más diestros a la hora de trasladar la magmática energía de sus directos al aséptico entorno del estudio de grabación, como prueba este , toda una lección de blues bailable y espirituoso.
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