El mar implacable, el olor a salitre y a taberna, las raíces folk, las causas perdidas, la melancolía del viajero y dos trovadores en estado de gracia junto a todo un legado plagado de pop, psicodelia, country, blues, actitud rock and roll y reminiscencias de los sesenta y setenta hacen posible que este segundo disco de Family Folks se consolide en un lugar de privilegio. No solamente como una mera continuación de su aclamado anterior trabajo sino más bien como un nuevo referente en la escena. Liderados por Bosco Hill y Rubén Xuarez junto a los hermanos Martín y Jorge en la sección rítmica.
“The Anvil Sea” es fundamentalmente un disco de canciones con letra mayúscula. En concreto dieciséis temas originales fruto de la química de los compositores, donde importa tanto la música y sus arreglos como lo que se cuenta con independencia del autor y donde las influencias transitan libremente desde el pop psicodélico en “Land of Gold & Fame” adosada a “The Idiot-song for I.” de innegable tradición irlandesa hasta “Oh! Stubborn Me” en clave country para dejar a paso al medio tiempo igualmente de sabor country “Plonkin” La autoría de cada una de las canciones se convierte en anécdota a medida en la que se avanza en la escucha y se constata no solamente la buena elección de los temas y la capacidad interpretativa de la banda sino sobre todo la afinidad conceptual de los autores bien sea en el pop folk de “Ballad of the Homesick” en “The Anvil Sea -Arrival” una de las joyas de este trabajo. En “For a While” donde se cambia el registro gracias a la guitarra eléctrica de Óscar Liboreiro. En “The River” donde la banda nos muestra su lado más oscuro para saltar al otro lado del atlántico con “Rye” y “13th Blues” y llegar hasta “Spread Your Little Wings” y la maravilla pop “Rainy Monday Morning”. “Hell ‘O’ Hell” supone la pieza más original y oscura del disco en contraste con “O Sara” en clave de balada marinera para acabar con el medio tiempo “Mountains of Beer” y “Departure” otra verdadera maravilla.
“The Anvil Sea” huele a salitre, a melancolía y a fiesta en la taberna, a folk actual plagado de sabores deliciosos que nos rescatan del mar implacable del tedio pero sobre todo es un trabajo que celebra el estado de gracia de una magnífica banda, Family Folks.