“Folclore del rascacielos” es el cuarto disco de estudio de Algora, el quinto si contamos su desdoblamiento bajo el alias de La Evolución del Hombre al Pájaro, ese capricho electrónico llamado “Breve historia de la luna”.
En “Folclore del rascacielos” las guitarras acústicas se funden con los sintetizadores, y los detalles electrónicos se revuelven con el folk y el pop de toda la vida, para hablarnos, básicamente, de la soledad. Sí, otra vez. La soledad como elección, como camino para la búsqueda de respuestas, de crecimiento, de inspiración. También como forma de llorar las ausencias y celebrar los cambios, y para hacerse fuerte e independiente. En este nuevo viaje, encontramos historias de personajes que huyen, que sueñan y que se elevan. Y también que no se atreven, que se pierden, pero que finalmente encuentran la respuesta por si mismos. En lo alto, la imagen del rascacielos, como un acceso al cielo, una escalinata a lo desconocido, como metáfora de la búsqueda y la revelación. Un rascacielos ansiado, imponente y poderoso, pero a veces también incierto y vacío.