Voz y guitarra. Nada más, ningún otro aditivo, nada con que matizar la desnudez de unos temas que nos invitan a profundizar en la vertiente más poética y espiritual de la obra de esta figura excelsa de la música brasileña contemporánea. se publicó originalmente en 1999 y supuso un remarcable punto de inflexión en la carrera de un que jamás había creado en todos sus años de actividad musical un álbum íntegramente acústico y de instrumentación tan sobria. Para ello, volvió la vista atrás hacia las canciones de su repertorio que mejor expresaran sus inquietudes religiosas, así como sus reflexiones en torno a temas de carácter tan diverso como la significación de la muerte, el sentido de la vida, la naturaleza del amor o la imperiosa necesidad de implantar mayor justicia social. Entre las canciones que decidió recuperar (y reinventar por completo) encontramos piezas procedentes de un extenso periodo que comprende los años que van de 1969 a 1983. Un tiempo en el que forjó una personalidad artística que surge del colorido y la exuberancia del movimiento Tropicalista para ir abriéndose progresivamente a un vasto universo de influencias, del rock a la músicas del mundo. La única excepción es la canción , escrita por pero estrenada en 1993 por su buena amiga y antigua compañera en los seminales La interpretación que el de Bahia hace de este tema en es la primera ocasión en que puso voz a su propia creación.
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