Cuando los ingredientes son sobradamente conocidos, tendemos a pensar que los resultados también serán los habituales. Y aunque a menudo es así, cuando esos mismos ingredientes caen en manos de un artista valiente, obstinado y brillante como Ander Garcia la sorpresa puede ser mayúscula. Y este bello y excitante nuevo trabajo que se presenta bajo el nombre de Ander Garcia Trio sin duda lo es.
Desde que finalizó sus estudios en MUSIKENE en 2008, Ander ha desarrollado una incansable labor de profesor, investigador y músico, tanto en su faceta de director del Sheilah Cruffy Project en Madrid como en la de contrabajista en innumerables proyectos y colaboraciones. Ha trabajado con artistas como Jeff Berlin, Rodney Kendrick y Rhonda Ross, Jorge Pardo, Perico Sambeat, Chris Kase o Javier Paxariño saltando sin miedo del jazz a la música latinoamericana, el R&B e incluso al Hip-Hop o al Rock. En ese sentido, son especialmente destacables sus discos en solitario “Ttun Kurrun” y “Hiru”, ampliamente aclamados por la crítica especializada.
Pero en el caso que nos ocupa, el del trio que forma junto al piano de Jorge Castañeda y la batería de Mikel Urretagoiena, nos encontramos con el Ander Garcia más explorador y aventurero. En este proyecto Ander utiliza las métricas y melodías de ancestrales bailes y “bertsos” euskaldunas para desarrollar sus improvisaciones, y al mismo tiempo los moldea y adapta a nuevos contextos musicales creando un espacio de intercambio libre entre ellos. De este modo el ritmo de la ezpata dantza (baile de las espadas) se convierte en danza latinoamericana, y partiendo del de los zortzikos llega a un híbrido rítmico absolutamente contemporáneo y desconocido, o se lanza a llevar el ritmo del tamboril a la batería para diseccionarlo en un abanico de variantes deslumbrante. Las oportunidades para la sorpresa son infinitas en este disco.
Los puntos de partida son muy conocidos por tanto, y en muchos casos pensamos que podrían estar poco menos que fosilizados, que han dado ya todo lo que podían dar de sí para convertirse en objetos de museo y de relleno de fiestas patronales. Pero esto no es más que un tópico, los cantos y bailes tradicionales pueden seguir siendo seres vivos, totalmente dispuestos al intercambio y adaptables a nuevos retos. Gracias a la imaginación de estos tres músicos, los resultados nos resultan nuevos y refrescantes en cada escucha. Los dos elementos que influyen en ello son: la madre (Ama) y el trío interpretativo (Hiru)
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