Inés Carreño se cria en un pueblo marinero de Galicia (Portosín), donde entra en contacto con ritmos populares de música tradicional a temprana edad, participando en agrupaciones folclóricas e impregnándose de música, como la de su abuela materna, natural de Medina Sidonia, escuchando al ritmo de castañuelas, aquellos alegres tanguillos y habaneras que le cantaba. Una cantante que se mueve en estilos muy dispares, que no busca etiquetarse. Se maneja con facilidad en registros como el jazz, rock, pop, música latina o música tradicional, aportando su toque personal desarrollado a lo largo de los más de veinte años en los escenarios. Esta propuesta lleva el título de su propia composición, “Llanto, Risa y Calma”, la cual está arropada por una selección de canciones muy conocidas de diversos estilos, haciendo un guiño al jazz como una de sus predilecciones musicales. Un trabajo cuidado en detalle, de música pura y sin estridencias, una apuesta por lo natural y emocional de una artista cristalina. La formación elegida para grabar estas selectas melodías ha sido el piano, el contrabajo, la batería, alguna pincelada de saxofón alto y su dulce, aterciopelada y contundente voz, con la que consigue un sonido acústico e íntimo que sale del alma.